La contaminación de los mares ha comenzado a presentar consecuencias insospechadas, y es que un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Uppsala, en Suecia, y publicado por la revista Science, asegura que de la misma manera en que los seres humanos jóvenes se aficionan a comer comida chatarra, echando a un lado la comida saludable, los peces jóvenes en los mares se están aficionando a comer plásticos y están dejando de comer plancton.

 

Foto referencial, desechos plásticos en el marSegún el estudio, la exposición a elevados niveles de poliestireno afecta a las larvas de las percas y hace que prefieran alimentarse de desechos plásticos en lugar de alimentarse con elementos naturales; según los investigadores, esta dieta contaminada genera cambios en los peces y los hace “más pequeños, más lentos y más estúpidos”.

Para la realización de esta investigación, los expertos colocaron larvas de percas en varios tanques de agua en los cuales se hallaban expuestas a diferentes concentraciones de poliestireno.

En los tanques con aguas limpias, el 96% de los huevos eclosionó; en los tanques con grandes cantidades de poliestireno la proporción bajó a 81%.

Colocados los peces en presencia de animales depredadores durante veinticuatro horas, la mitad de los peces jóvenes criados en aguas limpias sobrevivió, en tanto que todos los peces criados en aguas contaminadas fueron devorados.

La modificación más alarmante en la conducta de los peces fue el cambio generado en las preferencias alimenticias de las larvas de perca; según informó Oona Lonnstedt, líder de la investigación, “todas las larvas tuvieron acceso a zooplancton y a pesar de ello prefirieron comer plástico”. Explicó que, al parecer, el plástico posee ciertas características químicas que despiertan en las larvas de los peces la necesidad de comer.  “Ellas creen erróneamente que se trata de comida de alto valor energético y que necesitan comer mucho. Pero es algo parecido a lo que ocurre con la comida basura poco saludable en los adolescentes: están simplemente llenándose”, agregó.

El año pasado un estudio de ambiente denunció que, según cifras estimadas, cada año se arrojan al mar unas ocho millones de toneladas de desechos plásticos; estos desechos, por acción del sol y del oleaje, se rompen y se degradan convirtiéndose en micropartículas similares a las que se encuentran en muchos productos cosméticos, como la pasta dental y los lápices labiales. El problema surge cuando los peces comen estas sustancias, los científicos temen que las micropartículas plásticas se alojen en los intestinos del pez y generen químicos tóxicos.

 

GF

 

Peces jóvenes se están acostumbrando a comer desechos plásticos contaminantes