Los momentos de crisis permiten que afloren ideas o soluciones inclusivas y eficientes. Cuando ocurre un evento desafortunado, como un terremoto, la erupción de un volcán, o la aparición de un virus letal para la humanidad, surgen pequeños grupos de apoyo para enfrentar áreas clave como el suministro de agua, alimentos, así como medicinas y productos de higiene personal.
Estos y otros factores considerados como un disturbio en la cotidianidad de las personas llevan a implementar nuevas formas de hacer las cosas, de lograr los objetivos y satisfacer las necesidades tanto propias como de los demás.
Se habla actualmente de marketing responsable o ético, que implica la comercialización de bienes y servicios sobre la base de la seguridad, el compromiso, la calidad y el respeto.
Se podría pensar que tales conceptos son opuestos al simple deseo de “vender”. Pero cada vez son más palpables en los procesos de comercialización. Para lograrlo, las empresas se apoyan en las nuevas tecnologías. Utilizan Inteligencia Artificial, desarrollan aplicaciones para los pedidos desde cualquier lugar del planeta; cuentan con plataformas digitales atractivas que ofrecen formas de pago online, descuentos, entre otros. Asimismo, y según el rubro en el que se desempeñan, miles de organizaciones ofrecen servicio de entrega puerta a puerta o delivery. Este servicio ya forma parte de la vocación de servicio “público” de las empresas que están en el mercado de comida, bebidas, dispositivos electrónicos, cosmética, entre otros.
Actualmente, las nuevas tecnologías permiten entregas con seguridad y calidad gracias al uso de herramientas de geolocalización y pagos online. El cliente, en cualquier parte de la zona donde se encuentra la empresa ingresa en su website desde su computadora u otro dispositivo con conexión a Internet, hace su pedido, lo agrega al carrito de compras, paga el monto requerido y espera el delivery. Incluso, compañías como Amazon han incursionado en las entregas a través de drones.
Preservar la salud de empleados y clientes
Todos estos avances son muestra del compromiso de las empresas por satisfacer a los clientes con respeto y responsabilidad. Ahora cuentan con protocolos de entrega que modifican los procesos habituales tanto de manipulación como de empaquetado y entrega de los productos a fin de hacerlos más higiénicos y seguros. De hecho, se habla de procesos de entrega “cero contacto” o “no contact delivery”.
Con estos principios se busca preservar la salud tanto de los empleados involucrados en la cadena de producción y distribución como del cliente que recibe el producto a domicilio.
El protocolo “no contact delivery” promueve el uso de un traje especial si es necesario, mascarillas, guantes, higiene de manos y áreas de contacto, higiene de espacios físicos, prohibición de portar objetos personales durante el desarrollo del trabajo y del teléfono celular, respeto de una distancia aproximada de 1,5 metros entre trabajadores y las áreas físicas, entre otros.
GFCh
Con información de agencias, otros medios y redes sociales