Sacar a pasear a un perro, con supervisión de un terapeuta, brinda a los pacientes actividad física para su salud, bienestar y equilibrio. Asimismo, lleva al paciente a desarrollar responsabilidad por el cuidado básico del animal de terapia

Las personas que padecen esta condición o enfermedad (tipo de demencia degenerativa) se ven afectadas por una disminución progresiva de sus capacidades intelectuales y cognitivas. Los avances médicos y científicos se han orientado a la búsqueda de fármacos que ayuden a remitir la enfermedad. Sin embargo, los avances son moderados y, en consecuencia, se han buscado otras opciones, como terapias alternativas.

En este grupo de ayudas está la terapia con animales. Se refiere a incluir en la rutina diaria de los pacientes con Alzheimer un tiempo de contacto con un animal, que normalmente es el perro (aunque también se incluyen y se ha experimentado con el búho, el caballo, el delfín, y el asno).

Esta terapia busca reducir el impacto psicológico de la enfermedad, pues las personas desarrollan estrés y depresión al no poder recordar nombres, lugares, hábitos.

Tocar a un perro, darle de comer, llamarlo por su nombre, dar un paseo llevando al animal sujeto por la correa son actividades que refuerzan el sentido de la responsabilidad, afianzan en la memoria del paciente datos importantes que suelen recordar gracias a la empatía que desarrollan con la terapia, además de ayudarles a mantenerse físicamente activos.

Todos los sentidos –vista, oído, olfato, gusto y tacto– están involucrados en esta terapia. Lo cual es altamente beneficioso para los pacientes con Alzheimer.

Los especialistas han constatado en estos pacientes mejoras significativas en aspectos como la orientación espacial, lenguaje, reconocimiento facial (o de rasgos en general), capacidad para relacionarse con otras personas, humor más calmado, motivación, capacidad motora, memoria y equilibrio.

Cuando las personas con esta enfermedad tienen un contacto sostenido con animales tienden a desarrollar conversaciones que giran en torno al animal, sus características y lo bien que se sienten al relacionarse con ellos

Esto, sin duda, es señal de una disminución en los niveles de depresión, aumento de la socialización con otras personas y del interés en un tema que les da alegría. La articulación de frases sencillas y coherentes es un logro significativo.

Las rutinas que se establecen en la terapia con animales son valiosas herramientas para frenar el deterioro mental de los pacientes con Alzheimer. A pesar de que no constituyen una cura, contribuyen notablemente a una mejor calidad de vida.

GFCh

Con información de Agencias y medios especializados

Terapias con animales para pacientes con Alzheimer son herramientas valiosas