Conformado por un conjunto de islas junto a la costa asiática del océano Pacífico y habitado por 126,3 millones de personas, Japón posee la tercera economía más grande del mundo. Así lo indica la información emanada por su Oficina de Gabinete, según la cual el año pasado registró cuatro trimestres consecutivos en expansión

¿Cómo alcanzó Japón este logro, sin grandes recursos naturales, y luego de haber sido desvastado en un 44% de su territorio durante la Segunda Guerra Mundial? Hay que recordar que éste es el único país del mundo cuya población recibió el ataque directo de dos bombas atómicas, en un intervalo de apenas dos días.

 

Preguntado al respecto, el excelentísimo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Japón en Venezuela, Kenji Okada, reveló la clave del éxito de esta nación, que resurgió de sus cenizas para convertirse en una potencia mundial en poco más de medio siglo.

Ocho son las fortalezas que hicieron posible el milagro japonés: la educación, la disciplina, la unión de la población, la armonía, el estímulo a la cordialidad y el respeto del otro, el amor al trabajo, y la austeridad en el gasto público.

“Entre las razones antes expuestas, quisiera explicar tres puntos en específico. El primero, por ser un pueblo fuertemente unido, que le da gran importancia a la disciplina y al trabajo. El segundo punto, el alto nivel de educación del pueblo japonés, es decir, poseíamos abundantes recursos humanos de alta calidad y el tercer punto, cumplir con la renuncia a la guerra, decretada en la nueva constitución de la paz luego de la guerra, y de esta manera, no aumentaron los gastos destinados a la defensa de la nación”, explicó Okada.

Japón fue una nación aislada del mundo hasta mediados del siglo XIX, su apertura comenzó con la Restauración Meiji, en 1868; ese momento histórico se designa con el vocablo compuesto “Wakonyosai”, que significa “espíritu japonés con aprendizaje occidental”. “Wakon” es el alma del japonés, su esencia, su espíritu tradicional; “Yosai” designa la agresiva llegada de la tecnología extranjera, el conocimiento académico que llegó de repente.

A través de la filosofía “Yosai”, Japón hizo el esfuerzo de consolidar la educación obligatoria de su población, para ello abrió escuelas primarias y secundarias en todo el país, estableció universidades, lo cual le permitió alcanzar un 90% de matrícula escolar hacia 1990, logro cuyo resultado es la existencia de gran cantidad de recurso humano de alta calidad.

Sin embargo, el enfoque japonés de la educación data de la era Edo, antes de la apertura en el siglo XIX. “Vale destacar que en el siglo XVIII, la tasa de alfabetización en las principales ciudades era, Londres 20%, París 10%, Edo (Tokio) 70%. Además, como parte del ‘Yosai’, desde la era Meiji, Japón toma como referencia el sistema jurídico de Alemania y Francia y se estableció la constitución, el derecho penal, el derecho civil y un sistema legal de código de comercio, todos ellos necesarios para el funcionamiento del sistema económico”, puntualizó Okada.

Es interesante mencionar que, en Japón, los profesionales más valorados y mejor remunerados son los ‘Sensei’, los maestros, ya que se considera que son ellos los responsables de formar el recurso más valioso con que cuenta la sociedad, el recurso humano del futuro; tal es la importancia que se le da en aquel país a la educación, y los resultados están a la vista.

Con información de eluniversal.com

LB

 

La educación, uno de los ocho pilares del “milagro japonés”
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