Un estudio preliminar dado a conocer el pasado miércoles 2 de marzo y que será presentado en la 68ª Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología, a celebrarse entre este 15 y el 21 de abril de 2006 en Vancouver, Canadá, sugiere la existencia de una relación entre el abuso emocional recibido durante la infancia y la propensión a padecer migrañas al llegar a la edad adulta; al parecer, esta relación entre el riesgo de la migraña y el abuso emocional es más estrecha que la de aquél con el abuso físico o sexual.

 

Abuso emocionalAsí lo indicó Gretchen Tietjen, de la Universidad de Toledo en Ohio, Estados Unidos, miembro de la Academia Americana de Neurología y autora de la investigación; señaló que “el abuso infantil puede tener efectos duraderos sobre la salud y el bienestar”.

En este estudio se analizaron datos de 14.484 personas de entre veinticuatro y treinta y dos años de edad, de las cuales el 14% había sido diagnosticado con migraña. A fin de evaluar el abuso emocional, se les formuló la pregunta “¿Con qué frecuencia un padre u otro cuidador adulto dicen cosas que realmente hacen daño a tus sentimientos o te han hecho sentir como si no fueras querido o amado?”

Igualmente se investigó si los participantes habían sufrido alguna forma de abuso emocional, físico o sexual en la infancia, definiendo el abuso físico como el haber sido golpeados de alguna manera, empujados o lanzados al piso o por una escalera, y el abuso sexual como el haber sido forzados a tener relaciones intimas sin su consentimiento. Del total, aproximadamente un 47% admitió haber recibido abuso emocional, el 18% abusos físicos y el 5% abuso sexual.

Entre los diagnosticados con migrañas, el 61% admitió haber recibido abusos en la infancia; de los que no padecían migrañas, el 49% reconoció haber sufrido abusos. Habiendo descartado factores como la edad, el nivel de ingresos, la raza y el sexo, se determinó que los que habían sufrido abusos tenían una propensión a sufrir migrañas un 55% mayor que quienes no habían experimentado abusos.

Quienes habían sufrido abusos emocionales tenían una propensión a padecer migrañas 52% mayor que los que no habían experimentado abusos de este tipo, habiendo descartado igualmente la edad, el nivel de ingresos, la raza y el sexo. Sin embargo, no se registraron diferencias significativas entre quienes habían sufrido abuso físico o sexual y quienes no fueron víctimas de abuso.

Al hacer ajustes en los resultados para determinar la incidencia de la depresión y la ansiedad, la relación entre el abuso emocional y la propensión a padecer migraña permaneció estable; en este caso, quienes habían sufrido abuso emocional tenían una propensión a padecer migrañas un 32% más alta que quienes no sufrieron este tipo de abuso.

Gretchen Tietjen puntualizó que el estudio indica una asociación entre el abuso emocional en la infancia y la tendencia a sufrir migrañas en la edad adulta, pero no establece cuál es la causa y por qué se produce este efecto. “Se necesita más investigación para comprender mejor esta relación entre el abuso infantil y la migraña. Esto también es algo que los médicos pueden considerar cuando se trata a las personas con migraña”, señaló Tietjen.

 

GF

Con información de agencias.

 

El abuso emocional recibido en la infancia aumenta la propensión a sufrir migrañas en la edad adulta