Un velero amarillo, el Aldebaran, navega desde Hamburgo a París, advirtiendo acerca de los terribles efectos del cambio climático en los mares, como antesala de la cumbre de la ONU sobre el clima a celebrarse en diciembre próximo.
“Utilizar energías renovables lo antes posible es la manera más efectiva de salvar los océanos; el 93 por ciento de la polución llega al océano”, afirma el biólogo Frank Schweikert, uno de los creadores de la Fundación German Ocean. “Ya tenemos un calentamiento de alrededor de un grado Celsius. Y si la temperatura aumenta 1,5 grados más, los arrecifes de coral de aguas cálidas morirán”, agrega.
El equipo de investigadores que viaja a bordo del Aldebaran tiene también la misión de recolectar muestras de los ríos europeos, como parte de un estudio que se prepara sobre la contaminación con plásticos en sus aguas.
“El plástico es uno de los mayores problemas, no solo en los ríos, sino también en los océanos”, afirma Schweikert. “Los residuos plásticos en los ríos y sedimentos actúan como un imán para las toxinas”, las cuales son peligrosas “porque muchos peces las ingieren y luego aterrizan en nuestras mesas”.
Si los residuos plásticos que flotan visiblemente en la superficie son perjudiciales, mucho más lo son las partículas plásticas microscópicas; éstas provienen de artículos de aseo, como la pasta dentífrica. Otro de los objetivos del equipo científico es orientar a los consumidores acerca de la conveniencia de cambiar estos productos por otros que no generen tales partículas.
“Hay una serie de posibilidades de cambiar el mundo en la vida diaria”, afirma Svenja Angenendt, organizadora del viaje. Según ella, los consumidores tienen el poder de generar cambios, decidiendo cuáles son los productos que son más convenientes y cuáles no.
Cada día, el barco amarillo hace escala en una ciudad diferente. Allí, el equipo se reúne con autoridades locales o con el público que siente curiosidad y se acerca a conversar.
Durante una escala en Bonn, el alcalde Jürgen Nimpscht ofreció información acerca de iniciativas que van a ser tomadas para proteger el ambiente, como el proyecto de que el transporte público de la ciudad utilice energía eléctrica hasta el año 2030.
La clave para lograr las acciones necesarias para frenar el cambio climático es la educación de la gente. “Ese es el objetivo de este proyecto”, subraya Schweikert.
GF