Solidaridad
Venezuela es considerado el país de las mujeres más bellas del mundo, con siete coronas en el Miss Universo, siempre ha sido sinónimo de cuidado personal, dietas y búsqueda de la perfección. Pero, ¿qué pasa cuando se toman medidas extremas para llegar a ser como una Miss? Pueden aparecen entonces los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

Afortunadamente, estas jóvenes que padecen dichos trastornos, mejor conocidos como Anorexia y Bulimia, no están solas, ya que existen fundaciones sin fines de lucro dedicadas a la prevención y tratamiento de estos padecimientos, una de ellas es la Fundación Ayúdate, con sede en Caracas.

Su directora, la socióloga en terapia de familia y parejas, Andreína Ramírez comenta que la fundación nació hace ocho años después de que ella logró superar uno de estos padecimientos y luego de conocer en varias reuniones, a personas igualmente afectadas, se motivó a lograr una ayuda más completa, no solo a nivel nutricional sino también psicológico.

Así es como en el 2007 nació esta organización con el lema “abraza tu reflejo”. Actualmente está conformada por 15 personas, entre directivos, nutricionistas, psicólogos, psiquiatras y aquellos que prestan el servicio comunitario a través de charlas y talleres.

Ramírez sostiene que la clase social no tiene nada que ver con estas enfermedades y que las estadísticas recaudadas por la fundación indican que en jóvenes entre 16 y 18 años estos trastornos están presentes en 12% mujeres, 7% mixto y 2% hombres. En estos momentos se encuentran trabajando en los números de personas mayores de 25 años.

El mayor logro de la fundación es estar presente, hablar del tema, hacer todo lo posible por prevenirlo y ver la recuperación de los pacientes que solo se veían a sí mismos como anoréxica o bulímico, volver a tener un nombre y apellido”, afirma la especialista quien explica que las charlas en los colegios también han dado buenos resultados, especialmente a nivel de autoestima.

“Esos 2.500 chamos a quienes hemos llegado han entendido la importancia de ser más empáticos y solidarios. La idea es lograr que se comprenda que las personas no son su peso, que cada ser humano es distinto”, expresó. La directora de la fundación recomienda aprender a comer saludable pero “no por moda ni por miedo a engordar, sino por salud” e igualmente a desarrollar el autoestima porque “verse bien por fuera no es sinónimo de bienestar emocional”.

Relacionarse y proceder

El tratamiento -que varía según el caso- se inicia al saber si la persona está en terapia y/o consulta nutricional y cómo se se siente ahí; en caso de no tenerla, la fundación, basándose en la situación socio-económica de la persona ayuda con el pago, con el compromiso de la paciente de permanecer en las sesiones. Si la persona ya está en terapia se le incorpora a los grupos de apoyo, talleres de desarrollo del autoestima y talleres para aprender a comer.

Ramírez añade que lo más importante es el acompañamiento en ese proceso para “que los pacientes no se sientan solos, igualmente a los familiares se les orienta en cuanto a qué deben decir y cómo actuar en una situación así”.

Finalmente la máxima representante de la fundación recuerda que hay que decirle que no al estigma que existe con las personas que sufren TCA porque no son “cabezas huecas a quienes solo les preocupa su cuerpo”. Se debe tratar de entender cómo se sienten, porqué caen en algo así y qué se puede hacer para ayudarlas.

El contacto con los pacientes se logra principalmente a través de los talleres en las instituciones, por la página web de la fundación http://fundacionayudate.org.ve y por redes sociales(@FAyudate en Twitter).

Alejandra Watts

Tomado de El Sumario

 

En Venezuela sí existe la solidaridad