Durante el proceso de envejecimiento, el cuerpo humano experimenta cambios estructurales que pueden afectar de una u otra manera la calidad de vida; el corazón no escapa a este proceso, pero recientemente han surgido indicios de que dichos cambios no afectan del mismo modo a hombres y mujeres, lo que abre la puerta a la posibilidad de que sea necesario diseñar tratamientos distintos para cada paciente, de acuerdo con su género.
Según datos arrojados por un estudio llevado a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore, el corazón de los hombres envejece de manera distinta a como envejece el corazón de las mujeres ya que, como lo indica el Dr. John Eng, autor del estudio, “la forma del corazón cambia con el tiempo en hombres y mujeres, pero los patrones de cambio son distintos. Los corazones de los hombres tienden a hacerse más pesados y a contener menos sangre, mientras que los corazones de las mujeres no se hacen más pesados”.
A los efectos de esta investigación, en primer lugar se realizaron pruebas de resonancia magnética a los corazones de 3.000 personas adultas sanas; transcurridos diez años, cuando tenían entre 54 y 94 años de edad, volvió a practicárseles la resonancia magnética a fin de detectar los cambios operados en el corazón durante esa década. Los resultados indican que el ventrículo izquierdo, es decir, la cámara cardíaca que bombea la sangre a todo el cuerpo, aumentó su volumen en los hombres, pero en las mujeres, por el contrario, este volumen se redujo.
La explicación del aumento de volumen del corazón de los hombres puede hallarse en que, debido a factores como la hipertensión, el esfuerzo realizado por el corazón para bombear la sangre es mayor, lo que causa un engrosamiento de las paredes del ventrículo izquierdo y, por consiguiente, un aumento en el volumen del órgano.
Aun no se puede hablar de resultados concluyentes, por lo que se hace necesario continuar con las investigaciones para conocer más acerca de las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al envejecimiento cardíaco se refiere; no obstante, en el futuro cercano, estos indicios pueden ser de utilidad para el diseño individualizado de tratamientos para el corazón, tomando en cuenta el sexo del paciente. En este sentido, el doctor Eng señaló que “últimamente hablamos mucho sobre la medicina personalizada, y esto es un ejemplo donde quizá los hombres y las mujeres deban ser tratados de forma distinta”.
LB