Male Andean Condor (Vultur gryphus) in flight

El cóndor de los Andes (Vultur gryphus), ave sagrada de los pueblos indígenas del sur de América, ha sido una especie en grave peligro de extinción durante los últimos años; en efecto, se calcula que sólo quedan unos 50 individuos viviendo en libertad, motivo por el cual el nombre de esta especie permanece inscrito el Libro Rojo de las aves del Ecuador.

No obstante, hay una esperanza de rescatar a esta emblemática especie de tan dramático destino, gracias al esfuerzo que están realizando diversas organizaciones ecologistas para reintroducir nuevos especímenes en su ambiente natural.

Se trata de Huayra, un macho que cumplirá 5 años en octubre próximo, y Killari, una hembra que cumplirá los 3 años en septiembre; son hijos de Auki y Kawsay, una pareja de más de 35 años y que son los únicos cóndores adultos que han logrado reproducirse en cautiverio.

Huayra y Killari, fueron criados en el Zoológico de Guayllabamba, en Quito, y son los primeros cóndores nacidos en cautiverio que regresan a la vida silvestre. Su reintroducción al medio ambiente natural se realizará por etapas, tomando en cuenta que deben adaptarse al hábitat y aprender a interactuar con otros miembros de su especie. Para esto contarán con la ayuda de Rucu, un macho adulto que les enseñará el sistema de jerarquías que rige la sociedad de estas aves gregarias.

El primer paso de este proceso se realizó en junio pasado, cuando los jóvenes cóndores fueron trasladados desde el Zoológico de Guayllabamba, cuya temperatura promedio fluctúa entre 18 y 20°, a la hacienda Zuleta, a cargo de la Fundación Galo Plaza Lasso, ubicada a 2.890 metros sobre el nivel del mar y con una temperatura de entre 15 y 16 grados, para iniciar el proceso de aclimatación y familiarización con el entorno en el que van a ser liberados. A este evento fueron invitados pobladores de la comuna Zuleta, en la parroquia Angochagua (Imbabura), así como chamanes y maestros de la cosmovisión y la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas andinos, quienes llevaron a cabo una ceremonia de buenos augurios “para pedirle permiso a la naturaleza” y desearle buena suerte a Huayra y Killari.

“Al hacer un ritual con estos actores, la conservación del cóndor resulta ‘efectiva’, dado que no se pueden desvincular los aspectos científico-técnicos de las cosmovisiones andinas si lo que se busca es ‘recuperar’ su peso simbólico como un ave sagrada de los pueblos ancestrales”, explicó Juan Manuel Carrión, director de la Fundación Zoológica del Ecuador (FZE) y miembro del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino (GNTCA).

Otro de los cambios que van a experimentar los cóndores antes de su liberación es la adaptación a un nuevo régimen de alimentación, ya que en el zoológico de Guayllabamba se les proporcionaba una dieta de vísceras y trozos de carne, además de suplementos vitamínicos. Una vez liberados deberán acostumbrarse a procurarse su alimento natural, la carroña.

Durante todo el proceso de aclimatación, y luego de su liberación, deberán ser controlados y monitoreados por expertos, principalmente por Max Araujo, técnico de la FZE entrenado en la Fundación Bioandina, en Argentina; esta vigilancia es de importancia vital ya que el porcentaje de mortalidad entre las aves liberadas es muy alto. “Sin embargo,” refiere Carrión, “el propósito no es seguir teniendo cóndores en cautiverio, sino enriquecer a la población silvestre, que con Huayra y Killari pasaría de 50 a 52 individuos”.

A partir de nota de www.eluniverso.com (2015)

LQ

Con la bendición de chamanes y guías espirituales se inicia rescate de la población del cóndor en Ecuador
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